Ciudades de hormigón

Ciudades moldeadas de hormigón por la afluencia de personas que las quieren habitar.

Pongamos atención en el año 1900; apenas un 13 por ciento de la población mundial era urbanita. Sin embargo, el porcentaje puede llegar al 65% en 2050. Un dato elocuente: entre 2010 y 2015 las ciudades albergan 80 millones de personas más. 

Las ciudades actuales, si quieren ser vivas en su dimensión, siempre necesitan un flujo constante de hormigón y acero para renovar infraestructuras. Estas envejecen en unas décadas, pues se deterioran con el uso o se les demandan nuevas prestaciones: más casas, más oficinas, más calles, más servicios, más de todo.

La ciudad sin fin es el resultado claro de que levantar edificios, muchas veces con intereses especulativos, ha primado ante la necesidad de construir ciudades habitables, con las delicadas acepciones que debe tener esta última acción. Apenas se ha tenido en cuenta la confortabilidad de los habitantes, pocas veces se les solicita su opinión. Sin duda, la mayor parte optarían por vivir en ciudades más amables.

El entramado urbano dominante lo componen edificios hacinados, sin rincones intermedios ni dotaciones lúdicas o creativas accesibles a sus moradores. El espacio se comprime; las barreras se imponen a la habitabilidad. Este defecto vital es particularmente grave en los distritos pobres, y más si las ciudades están en determinados países sin planes urbanísticos que dejen espacios verdes y calles anchas para dejar pasar la luz.

El futuro de cualquier ciudad depende bastante de lo que hagamos hoy. No podemos dejar que el hormigón o cualquier otro medio físico siga siendo la base. Por eso, los que habitan en las ciudades quieren cambiar su estilo de vida de su en torno urbano para una vida mejor y las posteriores generaciones.

Objetivo de Desarrollo Sostenible

De aquí a 2030, se debe aumentar la urbanización inclusiva y sostenible y la capacidad para la planificación y la gestión participativas, integradas y sostenibles de los asentamientos humanos en todos los países. Reflexionen sobre el asunto para darle al hormigón el tipo de protagonismo que debería tener en una ciudad saludable.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una ciudad saludable es aquella donde los ciudadanos gozan de entornos saludables, como consecuencia de mejores servicios básicos, un ambiente libre de contaminación, con más áreas verdes, y políticas públicas dirigidas a brindar seguridad y transporte seguro, entre otros.

Esto significa que debe contar con agua segura, alcantarillado, tratamiento de aguas residuales y de desechos sólidos, áreas verdes y de recreación, transporte limpio y seguro. Además, estar preparado para enfrentar riesgos naturales y contar con normativa para fomentar prácticas de vida saludables para sus habitantes.

Deja un comentario

*

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Translate »